Diseñar una visita guiada es el 50% del trabajo del guía de turismo.
Ya sea un recorrido al aire libre, la visita a un museo, un complejo histórico o una ruta gastronómica, como guías turísticos, nuestra misión es ofrecer siempre el mejor recorrido posible para optimizar el tiempo que nuestros clientes se encuentran de visita.
Nuestro objetivo es muy claro: ofrecer una visita de calidad, que sea amena y en la que nuestros visitantes pasen un buen rato disfrutando de la cultura.
Al final, una visita que deja un buen sabor de boca no es solamente un éxito para tu empresa de visitas guiadas privadas o en grupo, sino que repercute de manera directa en la experiencia del cliente (o customer experience) y en la percepción que se lleva del destino.
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Cómo diseñar una visita guiada: los pasos que debes seguir
Cuando te dispones a diseñar una visita guiada debes ser consciente de que lleva su tiempo y su trabajo, sobre todo si queremos ofrecer un tour que se salga un poco de lo convencional.
Ya ves, que en el resultado de tu trabajo hay mucho en juego.
Por eso, no hay que escatimar esfuerzos en diseñar una visita guiada que sea capaz de sorprender al cliente a la vez que le informamos con rigurosidad, siempre de manera entretenida, de los hechos históricos o más reseñables de cada lugar que visitamos.
A modo de ejemplo te contamos qué pasos damos para diseñar nuestras visitas guiadas en Málaga:
#1 Seleccionar el tema o la temática de la visita
A veces ocurre que la agencia de viajes o la empresa que nos contrata un tour para grupos en Málaga tiene ya definida la visita que quiere ofrecer a sus clientes.
Si es así, solo es cuestión de comprobar si tienes ya un tour diseñado para esa temática en el destino elegido y, si es necesario, hacerle alguna adaptación en tiempo o recorrido para ajustarlo a las necesidades del cliente.
En cambio, si decides diseñar una nueva ruta para ofrecer a tus clientes, el trabajo parte de la elección de un tema que funcione como hilo conductor de la visita.
Puede ser una visita alrededor de un personaje relevante, como nuestra visita guiada a la Málaga de Picasso, un conjunto arquitectónico, una época o hecho histórico, una festividad…
En este sentido, puedes dejar volar tu imaginación y elegir un tema que pueda resultar de interés para tus clientes actuales o para abrirte a nuevos nichos de mercado.
#2 Planificar el itinerario de la visita guiada
La dificultad de esta fase del diseño de una visita guiada está en dos cuestiones:
- Seleccionar puntos que sean lo suficientemente relevantes como para añadirlo al recorrido.
- Calcular el tiempo total que puede llevar la visita en su conjunto.
Para comenzar esta tarea te puede ser de utilidad coger un plano (en papel, si quieres) y marcar los puntos en los que vamos a realizar una parada durante el itinerario.
Posteriormente, realizar la ruta a pie y cronometrar los tiempos para tener una buena aproximación a la que te faltaría añadir el tiempo de cada parada.
Fijar el punto de encuentro: una decisión clave para empezar con buen pie
Una cuestión que a veces no se le da la importancia es establecer el punto de encuentro cuando diseñamos una ruta guiada.
Ponte en la piel del cliente para comprender que se encuentran en un lugar nuevo, que quizás visita por primera vez, por lo que debemos facilitar el encuentro eligiendo algún lugar de referencia que sea fácil de reconocer.
En ocasiones podemos fijar el punto de encuentro en una oficina de turismo, de modo que el cliente tenga una referencia clara de hacia donde debe dirigirse para encontrarse con el guía.
Cuando esto no sea posible, toca ponerse a investigar para dar con ese punto de encuentro que sea específico y fácil de identificar.
De lo contrario, puede ocurrir que parte del grupo de la visita se despiste y llegue tarde, poniendo un tanto nervioso al resto (y empezar con mal pie la visita, algo que no queremos por nada del mundo).
Así que ya sabes cuál es la clave para elegir el punto de encuentro: un sitio amplio, para que los clientes se encuentren a gusto y seguros y reconocible, como una plaza, una calle peatonal, la entrada a un museo…
Cuando se trata de visitas privadas de grupos reducidos puedes dar la opción de encontrarte con los clientes en su alojamiento, como hacemos nosotros en esta visita privada guiada por el centro de Málaga.
Hay que tener en cuenta que muchas veces los clientes salen con bastante tiempo de antelación hacia el punto de encuentro con previsión de que puedan demorarse un poco o no encontrar el lugar.
Por ello, el guía debe personarse al menos 10 minutos antes de la hora de la cita, de modo que esté allí para cuando el primer cliente llegue. Recuerda portar un signo distintivo (cartel, uniforme) que facilite, aún más, la identificación del guía.
Otro aspecto a considerar es que el punto de encuentro es donde se realiza la introducción de la ruta, de modo que es conveniente que sea un lugar con buena acústica y, si es necesario, facilitar radioguías a los visitantes.
#3 Preparar el guion de la visita
Toca ponerse a estudiar.
Sabemos que si eres guía y sueles diseñar visitas este es tu pan nuestro de cada día. Consultar organismos oficiales, contrastar información, visitar la biblioteca…
Una vez que tienes recopilada toda la información, debes estructurar el guion de la visita en tres partes:
Introducción de la visita guiada
Con la siguiente escaleta:
- Presentación del guía y otros miembros del personal, si es que los hubiera.
- Bienvenida a los visitantes en nombre del lugar que se visita (la ciudad, un museo, un edificio histórico…). Si se trata de un grupo de empresa o una institución, procederemos de igual modo.
- Explicación breve de la visita: el punto de inicio, de finalización y la duración aproximada. Informar también de si habrá tiempo de descanso o paradas para ir al baño o hacer compras.
- Informar si en algún punto de la visita se debe tener en cuenta algún detalle que los visitantes puedan desconocer, como la necesidad de guardar silencio o la prohibición de tomar fotografías.
- Animar a que los visitantes planteen sus preguntas durante el recorrido.
- Si así está estipulado, entrega de las radioguías y una breve explicación sobre su funcionamiento.
Desarrollo de la visita
En este punto lo habituales que cada guía turístico le dé su toque personal al diseñar la visita guiada, teniendo en cuenta el público que vamos a tener en frente.
Por ejemplo, no es lo mismo realizar una visita a la Alcazaba y el Teatro Romano de Málaga para un grupo senior, para un grupo escolar o una pareja.
No solo por el lenguaje a emplear (e incluso el tono) sino porque la información turística a poner en valor debe variar en pos de despertar el interés y la curiosidad de los visitantes.
Eso sí, sea cual sea el público, debemos tener en cuenta que, por norma general, los visitantes no van a un tour a recibir una clase de historia, por lo que debemos diseñar un guion que sea riguroso y esté salpicado de anécdotas, leyendas y curiosidades.
Fin de la visita y despedida
Al llegar al final del itinerario, debemos preguntar a los visitantes si quieren preguntar alguna duda o hacer un comentario final.
Seguidamente, daremos las gracias por la asistencia e invitaremos a los visitantes a dejarnos sus impresiones sobre la visita en el soporte que nos convenga (opiniones de Google, Tripadvisor, nuestra web…).
Además, tras recoger las radioguías podemos ponernos a disposición de los clientes por si necesitan señas o sugerencias para continuar disfrutando de su día en el destino.
Cómo diseñar una visita guiada: errores a evitar
Es verdad que conforme adquieres experiencia en diseñar visitas guiadas irás aprendiendo de pequeños errores que harán que tu servicio sea cada vez mejor.
En cualquier caso, mi recomendación (y que yo sigo al pie de la letra a pesar de llevar tantos años diseñando visitas guiadas) es que realices siempre una primera visita de prueba con personas de confianza que te puedan dar su impresión y ayudarte a mejorar.
Además de esto, hay una serie de errores a los que debes prestar atención:
- Como te decía antes, debes saber adaptar el tono y el lenguaje al público que tienes delante. De otro modo, pronto perderán el interés y se te pueden aburrir como ostras.
- Evitar impregnar el guion de la visita con opiniones personales, sobre todo si se refieren a temas políticos o religiosos.
- Adapta el itinerario al tipo de público que tengas, de modo que no tengan grandes dificultades físicas en seguir la ruta.
Mira, en esta fotografía nuestra CEO Cristina se encuentra junto con una intérprete de signos en una visita para un grupo de personas con necesidades especiales.
Como te decía el principio, diseñar una visita guiada profesional va mucho más allá que dar un simple paseo por los lugares más emblemáticos de un destino.
Requiere de mucho estudio, preparación y, sobre todo, una acreditación oficial que te permita ofrecer este servicio a los visitantes.
¿Estás buscando una visita turística para tus clientes o quieres pasar un día diferente con tu equipo?
Pasa por aquí y cuéntanoslo, que tenemos un plan estupendo para vosotros.